Ya faltan muy poquitos días para que empiece el otoño y no os podéis ni imaginar las ganas que tengo de que llegue!! Si ya de por si es una estación que me encanta, este año la espero con más ganas que nunca después de todo el calor que he pasado en Sevilla. Lo malo es que tiene pinta de que, a pesar de que llegue el otoño, va a seguir haciendo un calor impropio de esta estación.

Así que, a pesar de que las tiendas empiezan a llenarse de la ropa de otoño-invierno que tanto me gusta, de chaquetas preciosas y bufandas suaves que pasarán meses hasta que pueda ponerme, a pesar de que las fruterías se han llenado de calabazas y boniatos, y de que (oh Dios mío) ha llegado a Starbucks el pumpkin spice latte y ya estoy volviendo a pensar en él a todas horas, a pesar de todo esto, como en Sevilla sigue haciendo más calor del que ha hecho en el norte en todo el verano, hoy os traigo una tarta sin horno porque he sido incapaz de encender el horno todavía. Eso sí, ¡¡¡menuda tarta!!! ¡¡Está buenísima!!

Esta tarta es un homenaje a los frutos rojos en toda regla. Os puedo asegurar que tiene un sabor a frutos rojos tan intenso que es imposible comerse solo un trocito. Ahí donde la veis, con estos colores tan bonitos, no lleva ni una gota de colorante, todo lo han conseguido los frutos rojos: moras y arándanos para la capa superior, y fresas, frambuesas y grosellas para la inferior. Además, al ser una tarta tipo mousse, tiene una textura super ligera. Con ella participo en el reto dis-fruta, que ha vuelto por fin después de este largo verano y lo ha hecho de la mejor forma posible: con los frutos rojos que tanto me gustan.

Y ahora, antes de empezar con la receta de la tarta, voy a haceros una confesión. Esta es una entrada programada. A pesar de que la escribí hace unos días bajo el calor sevillano, ahora mismo estoy en León. Y, como la he programado para que se publique pronto, seguramente ahora estaré con mi pijama de pantalón y manga larga desayunando algo calentito, habré dormido tapada con el edredón y tendré que ponerme una chaqueta o abrigo para salir a la calle. Felicidad en estado puro.

Y ahora sí, os dejo con la receta.

RECETA DE TARTA MOUSSE DE FRUTOS ROJOS

INGREDIENTES:

PARA LA BASE:

• 100 g de galletas Digestive
• 40 g de mantequilla

 

PARA LA MOUSSE DE FRESA, FRAMBUESA Y GROSELLA:

• 40 g de fresas
• 40 g de frambuesas
• 40 g de grosellas
• 3 hojas de gelatina (o 1 g de agar agar si no queréis utilizar gelatina)
• 60 g de azúcar
• 150 ml de nata

 

PARA LA MOUSSE DE MORA Y ARÁNDANO:

• 60 g de moras
• 60 g de arándanos
• 3 hojas de gelatina (o 1 g de agar agar si no queréis utilizar gelatina)
• 60 g de azúcar
• 150 ml de nata

 

PREPARACIÓN:

1. En primer lugar, prepara la base. Para ello, tritura las galletas y derrite la mantequilla en el microondas. Mezcla ambos ingredientes hasta conseguir una masa homogénea y colócala en la base de un molde desmontable de 15 cm de diámetro.
2. Refrigera la base de la tarta mientras preparas la primera capa de mousse.
3. Las dos capas de mousse se preparan igual. En primer lugar, prepara la capa de mousse de fresa, frambuesa y grosella. Para ello, empieza hidratando tres hojas de gelatina en un recipiente con agua.
4. A continuación, tritura los frutos rojos con la ayuda de una batidora o un robot de cocina.
5. Vierte el puré de frutos rojos junto con el azúcar (reserva una cuchara de azúcar para montar la nata más adelante) en un cazo y mantenlo en el fuego hasta que empiece a hervir.
6. En este momento, añade la gelatina (o, si has escogido utilizar agar-agar, este es el momento también, con la diferencia de que éste no necesita hidratarse previamente) y remueve bien hasta que se haya disuelto por completo.
7. Retira el cazo del fuego y coloca la mezcla en un bol para que se enfríe un poco mientras montarla nata.
8. Monta la nata bien fría con una batidora de varillas y, cuando esté casi montada, añade la cucharada de azúcar que habías reservado para ayudar a que termine de montar.
9. Mezcla en un bol la nata y la salsa de frutos rojos con gelatina con la ayuda de una espátula. Hazlo con movimientos envolventes para que no se baje la nata.
10. Vierte la mezcla en el molde que tienes en la nevera y deja que repose durante al menos una o dos horas (hasta que veas que la capa ha empezado a cuajar).
11. A continuación, repite el proceso desde el paso 3, ahora con las moras y arándanos para hacer la segunda capa de mousse.
12. Refrigera la tarta durante al menos 4 horas y decórala con frutos rojos antes de servir.

 

TRUCOS Y CONSEJOS:

• Para montar la nata sin que ésta se corte, es muy importante que, tanto la nata como el bol y las varillas estén bien fríos.
• Es fundamental que esperes un tiempo entre una capa y otra si quieres conseguir una línea recta y perfecta de separación entre ambas partes. Una o dos horas deberían ser suficiente, aunque yo reconozco que entre una capa y otra me fui a dormir y me quedé tan pancha (soy bastante ansiosa y fue la mejor solución que encontré para evitar la catástrofe), así hice la segunda capa por la mañana y la tuve en el frigorífico hasta la hora de comer.
• Un truco genial para que las dos capas de mousse no se separen al partir la tarta, es pinchar un poquito la primera capa de mousse antes de colocar la segunda con la ayuda de un tenedor.

 

 

Espero que os haya gustado la receta. Como veis, es una tarta muy fácil de hacer. Lo bueno de las tartas sin horno es que se hacen en un momento y la nevera se encarga de hacer la magia final por nosotros.

Ya sabéis que me gusta poneros al final la foto del corte para que veáis el interior porque creo que así se aprecia mucho mejor lo buena que está. ¿Qué opináis de esta porción?

Muchos besos para todos, y disfrutad del otoño los que ya tengáis la suerte de tenerlo en vuestras ciudades!!

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